Unas buenas sandalias para bebé deben cumplir con los siguientes criterios:
- Parte superior ventilada: los zapatos deben estar abiertos en la parte superior para permitir que los pies respiren bien. ¡Especialmente para los bebés que tienden a sudar mucho! (puedes leer todos nuestros consejos referentes a la sudoración de los pies en nuestro blog)
- Laterales y parte delantera protegidos: los niños que aún no son expertos en motricidad necesitan que sus pies estén bien protegidos. ¡Esto es de vital importancia si queremos evitar heridas en los dedos y que la grava o piedras entres en el zapato!
Los bebés tienen una capa de grasa debajo de los pies, por lo que sienten mucho menos que nosotros si algo ha entrado dentro del zapato y es posible que no se quejen.
Las buenas marcas de calzado infantil son conscientes de esto y sus sandalias tienen únicamente aberturas en la parte superior del zapato.
Y aún mejor si la plantilla de las sandalias lleva una especie de refuerzo en la punta (para proteger los deditos) o con una puntera de goma reforzada. Este tipo de sandalias son más resistentes a los roces provocados cuando el bebé va a gatas, al bracito, en bicicleta sin pedales, actividades en áreas de juego, etc.
Si las sandalias que lleva el bebé cumplen con estos criterios, entonces has hecho una buena elección.
Qué evitar a toda costa:
- Deditos al aire: Si alguna vez has visto jugar y caminar a un renacuajo, te habrás dado de que se arrodilla, se tumba, se pone a dar botes, sube los escalones del tobogán... Cuando se sube a su bicicleta o su mini moto, se impulsa o frena con la parte delantera de los pies... Si las sandalias tienen la puntera abierta, son los dedos los que rozarán el suelo. ¡Ay, ay ay!
- Sandalias de plástico: Están lejos de ser cómodas porque su material roza los pies. Además, ¡a menudo llevan talonera! Esto se debe evitar ya que cambia su forma de caminar y el centro de gravedad del bebé, es decir, la forma en que su cuerpo encuentra el equilibrio. El cuerpo se empuja hacia delante y son los tobillos, las rodillas, la espalda los que intentarán compensar. Como alternativa, en Petits Pas de Géant te proponemos las Slipstop. Patucos transpirables que se pueden usar como calcetines en interiores o exteriores para casi cualquier actividad.
- Suelas grandes: son demasiado gruesas, no se doblan y pesan demasiado para los pies y la espalda de los niños pequeños. Aprenderán a arrastrar los pies y esto les provocará dolores de espalda... También pueden hacerse daño en los dedos de los pies con este tipo de zapato abierto.
- Chanclas: no sujetan bien los pies, los niños tropiezan y tienen que tensar los pies para no perderlas. Los dedos de los pies están en peligro. ¡Y por supuesto, no son un tipo de zapato flexible!
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