Nuestro bebé necesita un calzado flexible, eso ya lo sabemos.
No es necesario que sea de tipo barefoot, pero aun así este tipo de calzado tiene muchas ventajas:
- En primer lugar, en términos de comodidad: los dedos tienen más espacio en un zapato barefoot que en un zapato respetuoso clásico. Por lo tanto, tienen el máximo espacio disponible para extenderse. Sabemos que los pies de los bebés muy pequeños suelen ser muy regordetes y anchos. Algunos son incluso más anchos en la parte delantera y pueden quedar oprimidos con sus primeros zapatos. ¡Con los zapatos tipo barefoot, se acabaron las molestias!
- En segundo lugar, los barefoot son perfectos para desarrollar la motricidad del bebé. Este tipo de calzado respeta plenamente las necesidades de los pies pequeños y permite un buen desarrollo de la marcha desde los primeros meses de aprendizaje.
Al caminar con zapatos barefoot sabemos a ciencia cierta que nuestro peque tendrá una total libertad de movimiento. Los zapatos están ahí únicamente para garantizar protección y evitar que nuestros pequeños gigantes se hagan daño. Un zapato barefoot cuida los pies de los niños y respeta completamente la morfología de sus pies. Como ocurre con todos los zapatos respetuosos, el pie no está oprimido, ni sostenido, ni apoyado. Puede moverse, doblarse, posicionarse correctamente y seguir los movimientos naturales de los peques. Envuelve el pie y le ofrece una buena protección, así de simple.
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