Si son de nobuk: Antes de que tu pequeño gigante se los ponga fuera de casa, humedece un paño de microfibra con unas gotas de jabón neutro o amoniaco y frota bien las manchas, luego déjalos secar durante al menos 1 hora.
Si queda suciedad o polvo después de su uso, déjalos secar (lejos de un radiador que podría endurecerlos) y luego límpialos suavemente con un cepillo suave. Realiza todo el proceso una vez al mes.
Si son de cuero: Antes de que tu peque se los ponga fuera de casa, usa un impermeabilizante para cuero y déjalos secar al menos 1 hora.
Si queda suciedad o polvo después de su uso, déjalos secar (lejos de un radiador que podría endurecerlos) y luego frótalos con un paño seco. Una vez eliminada la suciedad, coge un paño, ponle un poco de betún y realiza movimientos circulares. Luego déjalo secar durante 1 hora. Repite esta operación una vez al mes.
Si son de tela: La tela se puede limpiar de forma sencilla y natural. Frota las manchas con agua y jabón y luego déjalas secar. Algunos modelos se pueden meter a la lavadora a 30°, aparecerá indicado en la información del producto. Ten cuidado de no mezclar con ropa que pueda transferir el color o decolorar.
Vuelve a darle una apariencia texturizada a la suela de los zapatitos de cuero: si la suela se vuelve lisa, usa un cepillo rígido o papel de lija debajo de la suela para restaurar su textura.
Si necesitas lavar los patucos por completo, los modelos que no estén hechos de cuero curtido vegetal posiblemente se puedan lavar con la lavadora utilizando un ciclo corto en frío. El cuero se endurecerá mucho al secarse. Sobre todo, no los metas en la secadora, sobre el radiador ni utilices el secador. Déjalos secar al aire.
Una vez que estén totalmente secas, úntate un poco de crema hidratante y pásala por todo el zapatito para que recuperen la flexibilidad. Conforme pase el tiempo, volverán a ser flexibles.
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